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Alejandro Almazán

…lo primero que le pregunto a Yaretzi es cuánto cobraría por matarme. “Vales lo mismo que toda la demás gente: nada”.

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la Güera ha puesto su gotita de sangre para que veintinueve por ciento de las ejecuciones en México sucedan en este estado. Podría decirse que esta linda chica ha enrojecido lo suficiente al río Bravo para que la diabetes, la vieja líder, haya sido superada por el asesinato como causa principal de muerte en Chihuahua.

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porque en Juárez, y todo México, no sólo se borra la vida, también la memoria, y quienes recuerdan no salen vivos de la historia.

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“50n un (h¡in60 105 mu3r705 qu3 y4 n0 (4b3n 3n 105 núm3r05”, dijo y casi se oyó cómo cambiaba las letras por números.

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Chihuahua es una de las siete maravillas del mundo moderno. Y si no, debería serlo: es un bife bien cocido de casi 248 mil kilómetros cuadrados en el que no para de escurrir la sangre.

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Pos a mí no me pagan por muerto sino por día. Y si al día me pagan mil pesos, quítale quinientos que ahorro, los doscientos o trescientos de la tragadera, los cien de la gasolina. O sea: el muerto vale las balas que le metas y aquí nos las venden a diez pesos.


Iván Farías

—Alicia —se dijo—, ¿te acuerdas del trabajo? Fíjate que hubo un recorte de personal y fui de los elegidos para quedarme en la calle. No te había dicho, pero ahora estoy endeudado a tal grado, que tal vez tengamos que cancelar el teléfono, empeñar las teles y, no sé, vender partes de nuestro cuerpo.

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Él me veía con rostro de satisfacción y repetía cada vez que hablaba de una mujer en México: Qué minas hay allá, qué minas. Todas buenas y todas le rezan a la Virgen de Guadalupe. Mirá, con esos culos y rezándole a una virgen.


Alfonso Morcillo

Estaba a punto de cumplir los sesenta años y seguía añorando el uso de los viejos métodos policiales para hacer confesar a los delincuentes. “Eso de los derechos humanos es para putos”…

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El raterillo salió disparado y su cabeza se estrelló contra la pantalla del televisor causando una sonora explosión. La luz de la caseta se apagó. El cuerpo quedó inerte, la cabeza dentro del televisor.

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En la foto se apreciaba una pila de cadáveres desnudos sin cabeza. Compré el diario sólo para echarle una ojeada, en la comisaría seguro que ya habría suficientes periódicos y carpetas y correos informando del hecho, y todo mundo estaría vuelto loco, dando vueltas de aquí para allá sin hacer realmente nada.

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Era en esos momentos cuando agradecía que me hubieran cambiado de área. La delincuencia común, los raterillos por hambre, los asesinatos pasionales, los accidentes causados por ebrios, los ladrones de autos o autopartes eran mejor que luchar contra un enemigo que todos sabíamos estaba dentro.

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Se sentó. Yo tomé la botella de whisky que reposaba dentro del cajón de mi escritorio. Un whisky barato para estas épocas de crisis, ni la marca me atrevo a decir.


Maurizio Guerrero

Era un enclave de clase trabajadora, o sea de indios y negros y de algunos blancos casi analfabetas, furiosos y resentidos por haberse quedado atrás.

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El otro tipo nos veía con su media sonrisa, como si no fuéramos dignos de su abierta burla.


Atenea Cruz

A la Gata ya se le pasaron los buenos tiempos… Cada noche se siente más puta y menos mujer.

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Mucha carne para tan poca ropa.

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a esa hora todos los hombres están en su casa comiendo, haciéndole al santo.

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A ella no le molestaba que le chiflaran, ni que le dijeran cosas a media calle: ¿por qué me voy a enojar si me dicen que estoy buena? Por algo ha de ser.


Orfa Alarcón

Yo ya estaba pagando una casa y amueblando el corazón.


Cristina Rascón Castro

Setenta por ciento del grupo son féminas en busca de una casa y sueldo marital, sentadas con las piernas juntas y su delicada manita cubriendo la boca


Paulette Jonguitud

En la oscuridad todo es uniforme, seguro. Después quién sabe. Después sale el sol, sube el ruido de la ciudad, las sombras se limitan a copiar formas ajenas.

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…No es necesario encontrar a dos personas en la cama, basta con tener el cuidado de observar cómo deslizan el dedo sobre el borde del vaso como si fuese el nacimiento de los pechos, cómo recorren el cuello de la botella entre índice y pulgar.

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…calzaba tenis dos tallas más grandes para disfrazar lo pequeño que era su pie y fumaba Delicados porque lo hacían parecer más hombre, pero desapareció en cuanto se supo futuro padre.

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…es la misma adolescente enredada, pero con quince años más,

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Como todas las madres lo sigo viendo pequeño: el bebé de la casa, tápenle los ojos para que no vea la parte fea de la película.

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Es que siempre odié la guitarra y odié más al hombre en que se transformaba al montarse en ella, una aberración; me parecía un gato en celo, el lomo arqueado, la cola tiesa, casi frotándose contra las piernas de quien lo mirara.